Pero un día el coyote iba caminando por el desierto sin comer por semanas y se encontró a una serpiente deshidratada casi muerta en una ratonera, el coyote acercó su nariz, puso su pata sobre la serpiente...y en ese instante la serpiente atacó -Porqué me atacas si ya te vas a morir, en cambio si no me dejas comerte tendrás una muerte larga y dolorosa- Dijo el coyote-No soy tonta-Dijo la serpiente-¡vete a cazar y sácame de aquí! Yo sé donde puedes comer hasta saciar tu hambre, los lunes en la tarde se le escaparán las gallinas a esa mujer, te lo prometo amigo.-El coyote la rescató y se fue.
Entonces el coyote se fue a cazar el lunes por la tarde y vaya sorpresa, la mujer puso una cerca más alta, y por lo tanto no podían escapar, entonces el coyote esperó y esperó hasta que anocheció...y se quedo dormido...hasta que amaneció, se despertó y las gallinas aún estaban bien encerraditas, entonces el coyote se fue enojado hacia la serpiente y le dijo-¡¿acaso me has traicionado, yo te perdoné la vida y así me pagas?!-Calma calma ¿qué te pasó amigo?-En la mañana aún estaban encerradas-Que raro, si según yo por casualidad se escapaban los lunes por la tarde-¡¿Y todo este tiempo hiciste tratos con migo por arte de casualidad!?
Moraleja
Quien con la casualidad hace trato, va tener que pagarla muy caro.
Fábula del blog.
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